domingo, 12 de junio de 2011

Pinceladas llenas de color y solidaridad

11.06.11
G. MARTÍNEZ | SANTANDER

El pintor Jesús Soler imparte un taller a diez jóvenes de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria

El artista explicó que este tipo de iniciativas son «necesarias para implicar a la sociedad porque ésta funciona con personas»

Pese a la lluvia, colores como el verde, el azul, el naranja o el rojo se apoderaron ayer de la mañana santanderina. El 'culpable' el pintor Jesús Soler (Huesca, 1955) que impartió un taller artístico, y con alma solidaria, a una decena de jóvenes con Síndrome de Down. La cita, que organizaron conjuntamente el Aula de Cultura La Venencia y la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, tuvo lugar en pleno corazón de Santander, el Mercado del Este. Batas llenas de manchas de colores, pinceles con pegotes de pintura acrílica y mucha creatividad fueron las señas de identidad de este encuentro. «Creo que podría servir para derribar ciertos esquemas mentales porque no tenemos la menor idea de lo que estos jóvenes tienen dentro y con este tipo de actos podemos descubrirlo», apuntó María Victoria Troncoso, presidenta de la Fundación. Por su parte, Salvador Arias -presidente del Aula Cultural La Venencia- dijo que la meta de este taller era que «los niños disfruten y lo pasen bien siendo creativos».

Asimismo, añadió que «hoy día, los prejuicios contra estos jóvenes se tienen por culpa del desconocimiento. Hay muchos estereotipos en torno al síndrome de Down, pero cada uno de estos chavales es único e irrepetible». Así lo demuestran Virginia, Almudena, Alberto o Ramón, algunos de los nombres de los diez chavales que compartieron paleta con el artista oscense. Soler, a través de sus pinceladas neoexpresionistas, marcó la pauta de dos cuadros de gran formato basados en «la familia en su término más amplío, pues para ellos es esencial, es como su columna vertebral». «Le he preguntado a los chicos qué querían pintar y para el primer cuadro me han dicho que a sus mamás y sus papás, así que el segundo lo hemos dedicado a los hermanos», comentó el artista que, en su dilatada carrera, ha realizado diversas actividades de este tipo; unas iniciativas que considera le dan «mucho más de lo que yo aporto y que son necesarias para poder implicar a la sociedad porque ésta no funciona con instituciones sino con personas».

«A mí me apasiona cantar»

Durante más de tres horas, Soler y los diez jóvenes -de edades comprendidas entre los 17 y los 24 años- llenaron de color y fantasía los enormes lienzos. Algunos demostraron mucha paciencia para la pintura, como Virginia, que explicó que «me encanta pintar porque me gusta concentrarme, aunque el profe (Soler) no nos ha dejado mezclar colores». Ramón se había «divertido mucho pintando unas estrellas y muchos colores» y su compañera Almudena demostró tener muchas inquietudes artísticas pues afirmó que «me encanta pintar porque descubro cosas pero de mayor lo que quiero ser es una cantante famosa porque me apasiona cantar».

«Si tuviera que elegir con qué quedarme de esta experiencia es que Santander es una ciudad con mucho amor, porque todos ellos se lo querían dedicar a sus novios y novias», bromeó el pintor antes de retirar los cuadros para que pudieran secar correctamente.

Al terminar el proceso, el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, se pasó por el improvisado estudio para felicitar tanto a las entidades organizadoras y al pintor como a los artistas amateur. De la Serna destacó que este tipo de actividades sirven para «la mejora de la sociedad» y que los jóvenes implicados dan «una lección de capacidades». Asimismo, el primer edil del Consistorio santanderino apuntó que este tipo de proyectos de apoyo a entidades y personas relacionadas con el síndrome de Down se integran en un «ambicioso» plan puesto en marcha por el Ayuntamiento, donde se plasman 93 medidas para promocionar las actividades con personas con discapacidad.

Doble cita artística

El artista oscense tuvo ayer una doble cita en la ciudad de Santander, si por la mañana impartió este taller solidario -una suerte de «arteterapia», según sus palabras-, a las 20.00 horas inauguró su muestra 'Miradas de mujer' en la galería Santiago Casar. Su primera aparición en el espacio expositivo santanderino se compone de 22 obras en técnica mixta sobre madera, centradas en las «miradas que son lo más importante a la hora de comunicar» y que dedica a su mujer a través de una combinación de colores similar a la que utilizó para despertar, a base de pinceladas llenas de solidaridad y color, al corazón de la ciudad de Santander.

El Diario Montañés

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